¿Es posible que las familias de hoy en día puedan vivir experiencias de transformación en verano, más allá de las tradicionales vacaciones de playa o montaña? La respuesta es: sí… y es el el equipo coordinador del Campamento Familiar Oto 2024 quien nos ofrece las claves de una iniciativa estival que marca el corazón de quienes la viven. Lo hacen a través de estas líneas:
«Durante la segunda semana de agosto, las instalaciones del campamento Virgen del Camino en Oto (Huesca) acogen un ejemplo claro de cómo se pueden cambiar corazones en madres, padres hijas e hijos. Con la iniciativa de la parroquia de la Santísima Trinidad en Badajoz, este campamento familiar (que cumple ya su edición número 16) ha salido de su tierra, extrema y dura, y ha logrado enganchar a familias procedentes de los puntos más variados de la geografía: desde Cáceres a Burgos, pasando por Madrid, León, Sevilla, Valladolid.
¿El éxito de esta propuesta?: conjugar juego y reflexión, rutas de alta y media montaña, según las capacidades de cada uno y la adaptación de una idea marco al nivel de cada participante, (este año desde los 2 hasta los 65 años). ¿La pieza vital de este rompecabezas?: el inestimable compromiso de jóvenes monitoras y monitores comprometidos que se han dedicado a preparar actividades y a poner lo mejor de sí mismos en animar a chicas y chicos hasta los 18 años.
Este año el lema “Sal de tu tierra” se desarrollaba sobre el escenario de “la vida de los indios de las tribus norteamericanas”. La espiritualidad de los chamanes, las danzas rituales, las danzas folklóricas nativas, (incluyendo como nativas los de la propia tierra extremeña), juegos de cooperación, etc… han sido las chispas que han encendido las pipas de paz en los corazones de cada uno de los integrantes. Destacamos las celebraciones a cargo del párroco Josemi Esteban sj que se ha integrado como uno más en la dinámica de campamento (como lo hicieron en ediciones anteriores Antonio Cruz sj, Paco Herrero sj y Jaime Peñaranda sj).
Este tipo de campamento exige una máquina engrasada que se construye entre todos, como un pequeño Reino en la Tierra, en el que cada uno con sus capacidades pone lo mejor de sí mismo para el servicio (cocina, limpieza de instalaciones.) para la reflexión y para juego y el buen humor. Este último que nunca falte. Y como reto novedoso de esta edición, destacamos la propuesta orientada a jóvenes mayores de 18 años. Desde su vínculo emocional a este campamento (por haber sido participantes en ocasiones anteriores) 15 jóvenes han aprovechado este marco para hacerse preguntas por cuestiones fundamentales en un momento vital: el paso a la Universidad y a la definitiva vida adulta».